sábado, 28 de julio de 2012

La Guerra de la Independencia en Alcalá 1810-1812 (VII)


     Gracias a las cartas entre oficiales franceses publicadas en el libro antes mencionado de Alphonse Grasset y un documento en francés interceptado a las tropas imperiales que se halla en el Archivo Histórico Nacional, que contiene el informe de los hechos, escrito por el mayor Legentil, conocemos todos los detalles de la operación contra el castillo, que tiene inicio el 15 de septiembre y que son los siguientes: (27) 

     “Según las órdenes que he recibido de usted, me ocupé el 15 de reunir y de preparar en Chiclana todo lo necesario para el sitio de Alcalá, me reuní el 16 en Medina con 100 hombres de la octava Compañía del segundo Batallón de zapadores, útiles para la zapa y para la mina y escalas para la escalada, Recibí el mismo día un destacamento de la tercera Compañía del segundo Batallón de mineros que me envió el Señor General Garbé. 

     La artillería, la infantería y la caballería fueron devueltas el mismo día a Medina. La columna se puso en marcha para Alcalá a la llegada de la noche, con el fin de poder comenzar, según sus instrucciones, a operar contra esta plaza, al día siguiente al despuntar el día.”. 
     Ballesteros, al conocer la concentración de tropas en Medina, decide retirarse inmediatamente hacia Jimena, pero ordena al batallón de cazadores de Barbastro, una de sus mejores unidades, que observe los movimientos del enemigo en Alcalá. 

     El mariscal Soult comunica por carta al mariscal Berthier, con fecha de 25 de septiembre, la participación de 3 compañías de la 27ª de infantería ligera, procedentes de Chiclana, 3 compañías de la 95 de línea, procedentes de Chiclana, 4 compañías de la 94 de línea, procedentes de Medina, la 8ª compañía del 2ª batallón de zapadores, procedentes de Puerto Real, 50 jinetes de la 5ª de cazadores, procedentes de Arcos, 150 jinetes de la 2ª de dragones, procedentes de Jerez. Bajo el mando del mencionado coronel Combelle se agrupan un total de 1500 hombres, estando la caballería bajo el mando del jefe de escuadrón Kosman, de la 2ª compañía de dragones y la ingeniería al mando del mayor Legentil. (28)

     Existe en la Cartoteca del Centro Geográfico del Ejército (29) un plano francés fechado en septiembre de 1811 para servir a la inteligencia de las memorias relativas al ataque, en la que se representa toda la zona de la plaza alta y zonas aledañas y recoge las posiciones y movimientos de ambos ejércitos. Existe además en la misma Cartoteca de otro plano en español, copia del anterior, que pueden servir perfectamente para seguir el desarrollo de los acontecimientos.

Plano del castillo de Alcalá donde se detalla el ataque llevado a cabo por los franceses en septiembre de 1811
Ampliando el plano se puede ver con detalle el  camino seguido por las tropas francesas (2 lineas de puntos negras paralelas), las posiciones de tiro españolas (lineas verdes) y las de los franceses (lineas rojas)

     “La mañana del 17 se dedicó en parte a reconocer el fuerte y a conquistar la Villa. Inmediatamente después que tomé conocimiento de los lugares, de la composición de la situación enemiga y de su medio de defensa, fijé el punto de ataque y dirigí todas nuestras operaciones hacia este fin.” 

     La expedición llega a Alcalá a las 11 de la mañana, haciéndole frente unos 400 hombres de caballería y de un batallón de infantería, que defienden las inmediaciones. Tras una carga en la que caen 40 hombres y apresados 30 caballos, son dispersados. El tiempo restante hasta la noche se emplea en reconocer los alrededores del castillo y en apoderarse de una manzana de casa aledañas al mismo, o sea, de la parroquia, en cuyo campanario tienen los españoles tiradores que impiden acceder a la plaza y el Beaterio. Aunque no se menciona en ninguno de estos documentos, en el plano se observa que las tropas invasoras se apoderan del convento de Santa Clara y su campanario, tal como muestran las líneas de trayectoria de los disparos. 

     Las tropas francesas se aproximan a la Plaza alta por la actual calle San Francisco y deciden atacar el puesto de la torre de la parroquia desde las Casas Consistoriales. 

     “El campanario de la iglesia principal de Alcalá, próximo a la fortaleza estaba ocupado por un destacamento de la guarnición española, estaba acordonado con troncos de árboles en barricada. La puerta de entrada a la iglesia, estaba forrada de hierro y preparada para el fuego de fusilería, El puesto de guardia impedía la aproximación al fuerte. Como dominaba las casas de la ciudad y enfilaba varias calles, estorbó mucho nuestras comunicaciones. Yo quise atacarlo y arrebatarlo a la fuerza a los que lo defendían. Para llegar allí hice abrir en el ático de las casas comunes, (Casas Consistoriales) un pasillo que nos condujo a la parte derecha de la nave de la catedral. Hice allí una abertura en el muro. El capitán Vernou entró a la cabeza de sus zapadores. 

     Esta iglesia estaba atestada de mujeres, ancianos, y niños que estaban ahí encerrados por miedo de ser maltratados por los vencedores. Todos fueron respetados. Yo les hice salir y los mineros atacaron la base de la torre. Mientras trabajaban se descubrió un boquete en el muro que estaba disimulado por una construcción de un pie de espesor. Fue destapado y ensanchado de nuevo. Los soldados que defendían esta torre fueron invitados a rendirse y amenazados, en caso de negarse, de ser destruidos por el efecto de la mina, o achicharrados por las materias combustibles que yo había hecho preparar para este fin, Después de cierta resistencia, fueron hechos prisioneros y nuestros tiradores ocuparon el campanario. 

     Este primer éxito nos dio el medio de atacar más de cerca la fortaleza. Se colocaron puestos para rodearla por todos los lados. 

     Dos nuevas comunicaciones fueron horadadas desde la sacristía de la iglesia a la calle (Ángel de Viera) que desemboca en aquella que lleva a la puerta donde está la fortaleza (Calle Castillo). Ellas nos permitieron apoderarnos de las murallas del castillo.” 

     Hay que aclarar que el castillo de Alcalá era una pequeña fortaleza, con una vivienda en su torreón. La entrada estaba en la pequeña placita que hay junto al torreón y contaba con una sala-almacén, que lindaría con el sitio que hoy ocupan los depósitos de agua. Lo que actualmente conocemos como la cerca del Beaterio era un gran patio rodeado de murallas. Junto a las mismas, donde hoy se ubica el salón de actos de las monjas, estaban el panteón y el cementerio, en uso hasta 1820 aproximadamente. 

     En el plano se puede observar claramente que acceden a las murallas por 3 puntos distintos a través del Beaterio, seguramente forzando las puertas y por el patio trasero de la sacristía de la parroquia.

     “Los zapadores y los mineros se situaron allí donde se ocuparon de almenar todos los muros los cuales tenían vista hacia la fortaleza. A las ocho horas de la mañana estas almenas estaban acabadas, Allí se colocaron tiradores y en ese momento comenzó una fusilería extremadamente viva, mantenida de una parte y de otra durante todo el día con obstinación. Yo había pensado que esta clase de guerra evolucionaría a nuestro favor, teniendo la precaución de cambiar a nuestros tiradores cada dos horas mientras que nuestro enemigo inferior en número y ensañándonos con ellos, según mi manera de ver, antes del fin de la jornada debía encontrarse rendido de cansancio debido a su carácter ordinario de responder con todo su sudor a nuestros fusilazos, y sentirse intimidado por la superioridad de nuestro fuego. 

"comenzó una fusilería extremadamente viva"
(cuadro sobre el sitio de Tarragona)

     El éxito respondió a lo que esperábamos. A las dos horas después del mediodía el fuego del enemigo comenzó a calmarse. Una parte de la guarnición abandonó la primera línea de defensa (el patio donde hoy está la cerca del Beaterio) y subió a la torre principal que les sirvió de reducto. Entonces hice abrir una brecha en la casa más próxima a la torre angular sobre la que había resuelto dirigir nuestro ataque y todo fue preparado para minar el punto más cercano debajo de la torre. El enemigo hacía llover sobre los vigilantes una granizada de granadas. El terreno era muy difícil. Al cabo de una hora de trabajo se encontró la roca viva, era preciso renunciar a seguir esta galería antes que emplear allí un tiempo considerable. 

     Hice advertir, un cuarto de hora después del mediodía, que Ballesteros con una división de infantería y mucha caballería vendrían para hacer levantar la plaza de la fortaleza y que su vanguardia debía avistar Alcalá el 19 a las cinco horas de la mañana. No era posible retrasar por más tiempo el dar un golpe de mano vigoroso sobre la fortaleza para obligar a la guarnición a rendirse en la noche.” 

     El general Ballesteros, que se había retirado a su cuartel de Jimena, al conocer que las tropas del general Cassagne se repliegan a Ronda y las de Rignoux hacia la línea del Guadalete, decide lanzar una ofensiva sobre Alcalá. 

     “Nuestros tiradores fueron relevados y se les hizo una nueva distribución de cartuchos. Yo pedí a los mineros dos hombres voluntarios para sondear el pie de la torre e ir a cubierto colocar allí el primer blindaje. 

     Mi Comandante yo espero, me responde el cabo Debouisson que usted me conceda este favor. El minero Poiré lo solicita igualmente. El lugarteniente de mineros Romphleur quiere tener el honor de dirigir él mismo esta difícil operación, se trataba de franquear un espacio de varias toesas (Antigua medida francesa de longitud, equivalente a 1,946 m) sin abrigo bajo el fuego de mosquetería más intenso. Eran las cinco de la tarde. Las órdenes son dadas para que los tiradores redoblen el fuego con el fin de atraer sobre ellos toda la atención del enemigo. 

     En seguida llegan los mineros y van a colocar las primeras vigas contra la torre. Los zapadores rivalizan en celo y se apresuran a seguirles. El primer abrigo (refugio o especie de parapeto hecho con las vigas) es forzado a pesar del fuego vivo de la mosquetería y de las granadas. Un bloque de piedra rueda desde lo alto de la torre, lo aplasta e hiere a varios zapadores. Otras vigas reemplazan a aquellas que acaban de quebrarse. Continúa lloviendo piedras. El blindaje fue derribado por segunda vez. Entonces ordeno levantar las maderas casi de pie contra la torre. Desde ese momento las piedras que caían sólo sirvieron felizmente para hincarlo en la tierra y para fortalecer el blindaje. 

"Enseguida llegan los mineros y van a colocar las primeras vigas contra la torre"

     El minado comenzó enseguida. A las nueve horas tenía ya más de cinco pies de profundidad, a las diez horas se había acabado de colocar. El enemigo no sintió en principio el gran peligro al que estaba expuesto. Comenzó a provocar con sarcasmos a nuestros soldados que le respondieron con fusilazos y con sarcasmos aún más sangrientos. Se disparaba el fusil a la distancia de diez toesas. (19,50 metros aproximadamente) 

     Pero por fin cuando los golpes redoblados del pico de roca, de la barra de minas y de disparos se hicieron oír y comenzaron a sacudir violentamente la torre sobre los cimientos, fue fácil apercibirse del efecto que el ruido produjo sobre la moral de los sitiados. A las diez horas les conminé a rendirse. El gobernador pidió cinco minutos para escribir y encargar a uno de sus oficiales traerme la capitulación que sus tropas deseaban obtener. Yo envié al capitán de los zapadores Vernou a buscar a este oficial a la puerta de la fortaleza y a conducirlo precedido de dos antorchas de entre dos hileras de mineros, de zapadores, de carabineros y de granaderos, bajo las armas, le hice entrar en la sacristía de la iglesia donde yo leí, delante de todos los oficiales presentes, la carta del gobernador y dicté al instante la respuesta aquí adjunta” 

     Se incluye a continuación el escrito del gobernador del castillo con las condiciones para la rendición exigidas por los españoles, destacando la petición de permanecer en el mismo hasta las 5 de la mañana, sabedor de la llegada de las tropas del general Ballesteros y la respuesta inmediata por parte de los franceses: 

“Capitulación: 

Comandante General de las tropas francesas que se reúnen en esta plaza: 

     El gobernador de la fortaleza de Alcalá le pide por capitulación rendirse con la guarnición a condición de ser todos libres de pasar al ejército español con los honores de la guerra depositando las armas en la puerta de la fortaleza a las cinco de la mañana. Se os ruega conceder sus equipajes a los oficiales y a los soldados y nosotros le suplicamos tenga consideración con las mujeres de éstos últimos y para los paisanos que por culpas particulares se encuentran detenidos en el castillo. 

El Gobernador de la fortaleza Lugarteniente Coronel 

Matildo Monasterio 

Capitulación del gobernador Monasterio en el documento francés

Respuesta: 

     La guarnición de la fortaleza de Alcalá de los Gazules será prisionera de guerra y recibirá de las tropas de su majestad el emperador y Rey todas las consideraciones debidas a los hombres de honor. La guarnición deberá rendirse en el instante mismo considerando que la mina ha acabado y que todo está preparado por adelantado. 

     Los oficiales y los soldados conservarán sus bagajes. Los primeros guardarán sus espadas, los segundos depondrán sus armas en la puerta del Castillo. Los paisanos y sus familias serán protegidos y si alguno de ellos resulta culpable según el gobierno será amnistiado. 

Alcalá de los Gazules a 18 de septiembre de 1811 

En nombre del Coronel Comandante de las tropas de ocupación. 

El Comandante de Ingenieros del Primer Cuerpo del Ejército. 

Legentil 

     El oficial parlamentario insistió mucho en el deseo del gobernador de permanecer en la fortaleza con la guarnición hasta las cinco de la mañana. Esta correspondencia con los informes que yo había recibido en la jornada me forzó a dar a este oficial la respuesta siguiente: <<Usted acaba de ver bajo las armas a los soldados que son mandados al frente. Usted conoce las leyes de la guerra: diga al señor gobernador que yo no respondo de poder moderar el furor de soldado una vez que él haya franqueado la brecha. Sólo le doy una media hora para haber evacuado la fortaleza>>. 

     Al cabo de 15 minutos el gobernador hizo abrir las puertas del castillo. Él salió de allí, así como las tropas fueron remplazadas al instante por las nuestras. 

     La toma de esta fortaleza ha costado algunos soldados al vigésimo séptimo de infantería ligera, al vigésimo cuarto y al vigésimo quinto de línea. Nosotros sólo hemos tenido siete zapadores y dos mineros puestos fuera de combate. Muchos otros han recibido ligeras heridas. 

    La guarnición de la fortaleza en el momento de su rendición estaba compuesta de siete oficiales casi todos del regimiento de la reina o de Galicia, de un cirujano y de 230 soldados no comprendidos los muertos ni los heridos durante la acción. La fortaleza tenía aprovisionamientos considerables y muy poco agua.” 

     Acto seguido alaba los méritos de los soldados participantes en la acción y nombra a los que más han destacado:

     “No puedo citaros, ilustrísima, a todos los mineros y zapadores cuyas conductas han parecido dignas de elogio. Oficiales y soldados han rivalizado en celo para elevar vuestra estima. Permítame, sin embargo recomendar más particularmente a vuestro benévolo Señor Romphleur, teniente de la 3ªcompañía del 2º batallón de mineros, al cabo Dibuisson y al minero Doiré de la misma compañía; al capitán Vernou comandante de la 8ª compañía del 2º batallón de zapadores ha mostrado la más grande intrepidez. Ha sido herido ligeramente en la cabeza. El sargento Gaude de la misma compañía se ha mostrado digno de los más grandes elogios. 

     Tengo que congratularme mucho del cabo Crust y del sargento Duval. El señor Viado capitán de ingenieros al servicio de la majestad católica me ha sido muy útil y ha parecido digno de pertenecer a los trabajos de esta expedición con los oficiales franceses. 

     Si mis servicios en esta ocasión os parecieron merecer alguna benevolencia de parte del gobierno os ruego, ilustrísima, quiera solicitar a favor de las personas citadas a continuación designadas por su nombre las recompensas siguientes: 

Tercera Compañía del segundo Batallón de mineros. 

Señor Romphleur Lugarteniente. ------------------ La condecoración de la legión. 

Dibuisson Cabo id. ------------------------------- La condecoración de la legión. 

Sorré minero…id --------------------------------- La condecoración de la legión. 

Tercera Compañía del segundo Batallón de zapadores. 

Señor Vernou Capitán Comandante -------------- La Cruz de Oficiales. 

Gaude Sargento ---------------------------------- El grado de subteniente. 

Ernst Cabo --------------------------------------- La Cruz de la legión. 

Duval Sargento mayor ---------------------------- La Cruz de la legión. 

     Me queda aún formular un deseo, es que no olvide al señor Capitán de Ingenieros Bambino, y que usted quiera proponer bien su cambio contra el gobernador de la fortaleza de Alcalá.” (Sin duda se refiere aquí a un intercambio de prisioneros) 


Cuerpo de ingenieros franceses




NOTAS

(27) Documento interceptado a los franceses por el 4º ejército español sobre el Sitio de la plaza de Alcalá de los Gazules y capitulación de su fuerte a las tropas francesas. Contiene 2 copias del informe realizado, una de ellas fechada en Chiclana el 25 de septiembre de 1811.  

ES.28079.AHN/5.1.17.5.17.49//DIVERSOS-COLECCIONES,134,N.62. 

     Agradecemos a nuestro paisano y amigo D. José Gutiérrez Domínguez la traducción del documento original en francés. 

(28)  Grasset, Alphonse;  "Málaga province française". (1811-1812). París 1910 

(29) Cartoteca del Centro Geográfico del Ejército. 

     Plano en francés: Colección: SG. Signatura: Ar.G-T.9-C.2-824 

     Plano en español: Colección: SG. Signatura: Ar.G-T.9-C.2-827(2)

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