viernes, 21 de junio de 2013

El Patrimonio arquitectónico alcalaíno (IV)



IX.- La Casa Diáñez. 

     Aunque desconocemos el devenir histórico de las dos fincas particulares en que quedó dividido todo el frente oeste de la Plaza de San Jorge, parece que una de ellas, que bien pudiera ser la que hoy conocemos como “Casa Diañez” (2) siguió siendo considerada largo tiempo como “palacio” según se desprende de la expresión “el palacio episcopal de nuestra morada” que en 1679 consignaba el Obispo, en el Libro de Visitas Pastorales de la Parroquia de San Jorge. 

     Y decimos que bien pudiera ser porque la considerada por diversos autores como “Casa Señorial” de estilo “Barroco” ubicada en el número 4 de la Plaza de San Jorge en la estructura en que hoy la conocemos data aproximadamente de dicha fecha aunque luego sufriese una remodelación de su fachada que podemos datar en el siglo XVIII. 

     Este “Caserón” construido como “Mansión Principal de la familia de los Estrada”, aunque luego se adaptase a Posada y más tarde se fragmentase en diferentes viviendas para miembros de una misma familia, puede preciarse de ser el único edificio doméstico del siglo XVII que se conserva inalterado en todo el conjunto de Alcalá en lo que a tipología, alzados, patio, huecos, cerrajería y materiales se refiere, habiendo sido restaurado recientemente.



X.- Santo Domingo 

     Lo que hoy queda de la Iglesia de Santo Domingo, que es sólo una parte de aquella primitiva que se derrumbó, por causas que desconocemos, en una fecha imprecisa del siglo XVIII, junto con el claustro con el que formaba un gran complejo religioso bajo la denominación de “Convento de las Sagradas Llagas y Santo Domingo” y que abarcaba lo que hoy es la margen derecha de la calle Santo Domingo, parte del Paseo La Playa (toda la zona de la Plaza de Toros), la calle Sánchez Flores, Patio Campanas (que toma su nombre precisamente por ser el patio de Campanas del Convento), calle Real (en su margen izquierda, desde el patio campanas hasta la farmacia de Galán) y la calle Marqués de Tarifa, sin contar todo lo que hoy es el Mercado de Abastos, que en origen era el atrio o compás del convento, de ahí que popularmente a la iglesia de Santo Domingo le llamemos “El compás”. 

     Aunque hay autores que afirman que fue erigida el 26 de Julio de 1498, lo cierto es que los dominicos no aceptaron fundar en Alcalá hasta 1506, así como que la fundación se costeó con 8000 ducados que D. Francisco Enríquez de Ribera, según testamento otorgado en Alcalá el mismo día de su muerte, el 8 de febrero de 1507, dispuso se entregasen a los dominicos para tal fin, si bien su hermano y sucesor no los entregaría hasta 1509, aún más, hasta 1511 no se encargaría la construcción del convento a Fray Alberto Aguayo, quién parece ser que durante su estancia aquí en Alcalá estuvo más dedicado a la traducción al castellano de la filosofía de Boecio, que a la obra, en estilo gótico-tardío, del convento en sí. 


     Si bien Santo Domingo, como todos los conventos dominicos funcionó como casa de estudios tanto para sus frailes (20 fueron los del convento alcalaíno en su mejor época) como para los clérigos del lugar, tampoco podemos dejar de reseñar el hecho de que nuestro convento en particular y durante los primeros años del siglo XVII actuase también como “Studia Generalia” o Casa noviciado para la formación de futuros frailes no ya de la región sino extranjeros y muy particularmente ingleses e irlandeses que llegaban a nuestro país huyendo de las persecuciones religiosas que Cronwell estaba llevando a cabo en las islas británicas. Con todo, tampoco podemos olvidar que nuestro convento era, sobre todo, un centro abierto a la sociedad en que se hallaba y que por ello fueron muchos los seglares alcalaínos y de la comarca los que aprovecharon la oportunidad, única en su época, de aprender y acceder a la cultura, y entre ellos hemos de citar muy particularmente a San Juan de Ribera quién, como otros tantos alcalaínos, aprendió las primeras letras aquí. 

     Pero, aparte de centro de cultura, nuestro convento fue también cárcel bien para sus propios frailes como Fray Domingo de Valtanás a quién la inquisición condenó injustamente en el siglo XVI por defender “herejías”, bien para políticos como Quiroga quién preso en nuestro convento por su participación en los sucesos del Palmar del Puerto preparó aquí el levantamiento que dio origen al Trienio Liberal (1820-1823). 

     Desamortizado en 1836, el templo pasó a la Iglesia diocesana al tiempo que el resto del convento era vendido en pública subasta para pasar a distintas manos privadas que tras fragmentarlo terminaron convirtiéndolo en viviendas. Mientras tanto y aunque bastante deteriorado el templo siguió abierto al culto de forma ocasional hasta los años 20 del siglo XX para luego pasar a servir con distintos usos hasta que a fines de los años ochenta pasó a la propiedad municipal que lo está restaurando con destino a centro cultural. 

     El templo actual consta de una sola nave central y ocho capillas laterales,- que ocupan una superficie de 20,60 m. de largo por 8,00 m. de ancho-, que se remata por una falsa bóveda de cañón con insinuación de arcos fajones y lunetos, de estilo barroco y muy posterior a la época de construcción de la Iglesia, que oculta las vigas y tablas que sustentaban la cubierta de tejas. A los pies de la nave central existió un coro sobre artesonado de cedro, apoyado sobre dos columnas de orden toscano, -que siguen en la Iglesia como única muestra visible de la existencia de aquel-, puesto que fue desmantelado por el comprador que en 1978 adquirió la Iglesia al obispado y que terminó vendiendo el extraordinario artesonado a una sala de fiestas de Puerto Banús (Marbella). 

   
     En su cabecera, el edificio se cierra con un muro construido con restos del mismo derrumbe que la arruinó como Iglesia: piedras trabajadas, tambores de columnas, molduras de impostas y restos de las nervaduras de las bóvedas; de modo que si bien hoy presenta planta de salón, originariamente no presentaba dicha planta sino otra de cruz latina. Se cubre con bóveda de cañón con lunetos en la nave, presentando algunas capillas bóvedas de crucería simple, y otras, bóvedas vahídas, conservando restos de yesería renacentistas y barrocas al exterior. La cubrición tanto de la nave central como de las capillas laterales es de teja sobre vigas de madera y por tabla a dos aguas. 

     A ambos lados de la nave central existen en la actualidad una serie de capillas, intercomunicadas entre sí por pequeños pasillos, calados en los muros que las separan, y a las que se acceden desde la nave central mediante arcos apuntados, en algunos casos y por arcos de medio punto en otros. 

     Entre las imágenes y altares existentes en esta Iglesia y con independencia de algunas que salieron para templos dominicos de otros lugares, hemos de citar que en la Parroquia se conservan: la Virgen del Rosario de Martínez Montañés, la de las Lágrimas, los Cristos del Perdón y de la Columna, así como el retablo e imagen del Rosario que están hoy en la capilla del Sagrario . 



NOTAS: 

(2) Caserón ubicado en la parcela catastral 60.890-005 y marcado con el número 4 de la Plaza de San Jorge. 

     Constituye una Casa Señorial con estructura del XVII y remodelación del XVIII aunque estilísticamente tengamos que definirla como Barroca que presenta dos fachadas, una con tres plantas hacia la Plaza de San Jorge y otra con dos hacia la calle Las Monjas. 

     La descripción de dicha casa podría ser la siguiente: Composición de huecos con tres órdenes. P.B. Cierros; P. I. Balcones y P II. Barandillas. Patio interior porticado. Portada enmarcada con moldura y tejado alcalaíno. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario