viernes, 28 de junio de 2013

Pinceladas de Historia: Las reliquias de los Santos Mártires


Las reliquias de los Santos Mártires 


Ismael Almagro Montes de Oca 

     Hace poco recuperábamos un artículo de Ramón Corzo Sánchez sobre la ermita visigoda de los Santos Nuevos y la aparición en 1800 del pedestal que se conserva en la Parroquia. En dicho artículo, el autor daba una serie de razones por la cual el acontecimiento cayó en el olvido tan pronto, a pesar del lógico revuelo que se formó en el pueblo tras conocerse la noticia de la aparición de los huesos. Una de ellas era la epidemia de fiebre amarilla que asolaba la zona, por la que murieron en Alcalá más de 800 personas y que paralizó completamente la vida cotidiana en el pueblo, por lo que es lógico pensar que el hallazgo no se considerase un asunto urgente, puesto que  había otras necesidades más urgentes que cubrir. 

      Por otro lado, cabe pensar que  las autoridades, incluidas las religiosas, no estarían muy interesadas en que, en aquellas circunstancias, el lugar se convirtiera en lugar de peregrinación en busca del milagro que los salvara de la epidemia, máxime cuando no se podía ni entrar ni salir del pueblo por el cordón sanitario establecido para evitar la propagación del mal. 

     Pero quizás la causa que más se ajustase a la realidad fuese que el cabildo gaditano no viese con buenos ojos “que en otra localidad se conservaran prendas de mayor significación relacionadas con los Santos Patronos que las que tenía la propia capital”, máxime cuando apenas 2 años antes el canónigo Magistral de la Santa Iglesia Catedral de Cádiz había escrito una Historia sobre los Patronos gaditanos.




     Ramón Corzo aseguraba que “la autoridad eclesiástica tuvo buen cuidado de negar rotundamente que pudiera tratarse de los restos de San Servando y San Germán”, a pesar de que “el cráneo conservado en Alcalá puede ser actualmente la reliquia de un mártir cristiano más segura que se conserve en todas las iglesias de España. Corresponda o no a San Servando, se trata de un personaje muerto con violencia y al que se reservó el lugar preferente en una iglesia edificada a los pocos siglos del fallecimiento de estos mártires, cuando la tradición ininterrumpida de los cristianos de entonces aún podía señalar con exactitud tanto los auténticos restos como el lugar exacto del martirio.” 

      Aceptar que los restos encontrados fueran los de San Servando y San Germán restaba credibilidad a la localización (sin ninguna base) del Pago Ursiniano en el Cerro de los Mártires. 

      Como bien indica Corzo en una nota del citado artículo, los huesos fueron depositados en un relicario en la Parroquia junto al pedestal, que el obispo Arriete en 1869 ordenó adecentar, tal como consta en una inscripción, aunque “no se indica un reconocimiento oficial de las reliquias.” 

   
      Puede que nunca se hiciera ese reconocimiento oficial, pero el propio obispo Arriete y Llanos, estando de visita pastoral, además de adornar el relicario, el día 8 de agosto de dicho año ordenó que las reliquias fuesen expuestas al público siendo veneradas por los fieles, dejando recogido en el libro de Visitas de la Parroquia que todos los años, el segundo domingo del mes de agosto, se sacasen los huesos y se les rindiera veneración: 

     “7º Como el Sr. nos ha concedido el consuelo de ver i examinar por Nos en la visita parroquial los restos venerables que por antigua tradición de esta villa se conservan en la taquilla al lado derecho exterior del coro junto a la lápida que según la misma tradición las cubria, hemos querido que se adornase i compusiese la expresada taquilla, que se forrasen las cajas que los contienen, para que después de ponerlos a la vista i veneración de los fieles en la mañana del dia 8 de agosto del presente año de mil ochocientos sesenta i nueve, se conservasen en adelante con el mismo empeño, a cuyo fin dirigimos la palabra a un gran concurso de fieles. Queremos por tanto que todos los años en la misma dominica segunda de Agosto se descubran i alumbren en la misma forma i con la misma vigilancia con que se ha hecho en la Sta Visita” (1) 


      Suponemos que en los años siguientes se siguió cumpliendo con el mandato del obispo, pues este prelado repite visita pastoral en 1877 y es lógico pensar que si se hubiese desobedecido su orden lo hubiera hecho constar, pues los obispos solían leer las anotaciones anteriores del libro de Visitas antes de escribir sus mandatos. 


NOTAS 

(1) Archivo Parroquial de Alcalá. Libro III de Visitas. Mandatos del obispo Arriete y Llanos. 31 de agosto de 1869. Folio 69.

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