sábado, 19 de diciembre de 2015

ALCALA DE LOS GAZULES. GOLPE DE ESTADO. JULIO DE 1936 (III)




       De excepcional importancia tiene el documento que a continuación se presenta. Corresponde a la declaración que realiza J. T. J. (omito en este extracto el nombre) dirigiéndose a Falange para que sea admitido entre sus filas. Está fechado en enero de 1938 y entre otra información, nos describe cuál había sido su actuación antes y después del 17 de julio de 1936. Como veremos en su propia declaración, su protagonismo es tan extraordinario, que incluso desde la Guardia Civil se le insta a que se tranquilice y no sea tan diligente en sus actuaciones; llegará a ser detenido. En concreto, como veremos, se apresura a detener a miembros de la corporación, "pistola en mano" como él mismo describe, incluso antes de que se hayan recibido las instrucciones de las nuevas autoridades golpistas. El propio J. T. J. se queja en su declaración de esta actitud por parte del Alférez de la Guardia Civil. Relatará en primera persona cómo participa en la detención del alcalde y otras personas, cómo participa en salidas y como, en definitiva, es protagonista de los episodios más tenebrosos ocurridos en nuestra localidad. Se quejará de que a pesar de su protagonismo “laborando en pro del Movimiento Nacional”, según sus propias palabras, “el trato que está recibiendo no es el adecuado”. Cuánta responsabilidad tendrá cuando son las mismas autoridades a las que ha servido las que tienen que cesarle. El relato de los hechos demuestra la actividad que el citado J. T. J. tuvo y tendrá en los meses posteriores. Su nombre es referido de forma unánime por todas las personas con las que he hablado sobre la represión que se produjo en nuestra localidad.

      Es necesario destacar, para una mejor comprensión del documento, que el citado individuo había sido expedientado y expulsado como Jefe de la Guardia Municipal de Alcalá de los Gazules por la Corporación Municipal, presidida por Antonio Gallego Visglerio. Conoceremos con detalle (en el capítulo completo) el expediente que se incoa para su expulsión y veremos las consecuencias que traería para algunos el haber participado en dicho expediente.

       Finalmente, la propuesta de afiliación a Falange es rechazada por el Jefe Local, Juan Armario Carrillo, con argumentos que ayudan a comprender el carácter violento, "matonismo" es la palabra exacta utilizada, de este individuo. La recomendación del Jefe Local es la no admisión “en nuestras filas, ya que ello sería grandemente perjudicial para la organización (...)”


       Su declaración, íntegramente transcrita, es la siguiente:

      “Antes del 17 de julio de 1936. Cesante del cargo de jefe de la Guardia Municipal, perseguido y encarcelado en esta Ciudad y en Medina Sidonia por su significación Monárquico- fascista.

      Después del 17 de julio de 1936. Se afilió a F.E.T y de las J.O.N.S. trabajando por la causa de la Organización.

      Actos que ha realizado contra el marxismo y a favor del movimiento nacional. El 20 de julio de 1936, al tener conocimiento del alzamiento Nacional, fue el primero en lanzarse a la calle, pistola en mano, en unión de varios jóvenes de la organización y otras personas de orden, imponiéndose al elemento marxista lo que se consiguió, no se adueñara de esta población el referido elemento. Dicho día 20 fueron detenidos varios significados izquierdistas y conducidos al Ayuntamiento, permanecieron en dicha dependencia, hasta las dos de la madrugada que el mismo Alférez jefe de la Linea de la Guardia Civil de esta localidad, a presencia del comandante de este puesto de la mencionada Guardia Civil fueron puestos en libertad, y porque el que suscribe censuró el proceder de los jefes de dicha fuerza fue detenido e ingresado en el Depósito Municipal, en que permaneció varias horas, hasta que por la intervención de varios Señores de la a localidad con el referido Alférez, este accedió a ponerle en libertad, comprendido que mi detención era perjudicial, porque daría origen a que se envalentonaran los marxistas, que al ver burlados los propósitos se marcharon muchos a La Sauceda y Jimena; el día 23 del referido mes, se me ofreció la alcaldía de esta localidad, no aceptándola, por no creerme capacitado y creer que en la jefatura de la Guardia Municipal, la situación del orden público tan alterado, sería mi labor más beneficiosa para la causa Nacional, pues nunca rehusé el puesto de mayor peligro, y designé a varios contribuyentes, para que constituyeran la Gestora, los que negaron(¿?) algunos de esta organización a quienes le fue ofrecida, los que también rehusaron aceptarla; siendo preciso consultar con el Jefe Local de la organización que se encontraba en el cortijo de las Cobatillas de este término al servicio de don Juan Romero Soto, por no haberse incorporado todavía a esta localidad. En estas circunstancias se presentó el capitán de la Guardia Civil, Señor Martínez Pedré, constituyendo al ayuntamiento, y a la vez me dió nuevamente posesión de la Jefatura de la Guardia Municipal, desde donde contribuí al cumplimiento de cuantos servicios urgentes interiores exteriores se presentaron y se me exigieron.

       En los primeros llamamientos de los soldados, ya citados convenientemente y provisto de una lista del Negociado de quintas del Ayuntamiento procedía a embarcarlos, en camiones requisados por mí, despidiéndolos y ganándolos, pues era muy escaso el público y familiares que acudían a esta despedida de las expediciones, teniendo que multiplicar los vivas al Movimiento Nacional y a los Generales Franco, Mola y Queipo.

      En los primeros días de agosto, se presentó en esta el señor capitán de artillería Don Manuel Serrano Espinosa de los Monteros, haciéndome entrega de 20 carabinas y municiones para las mismas, las que repartí entre personas de orden de esta localidad y a los componentes de la Comisión Gestora y algunos de los afiliados de esta organización las que después fueron entregadas en el cuartel de la Guardia Civil.

      De mi dependían los extremos de requisamiento de caballería, camiones y demás extremos que interesaban a los Jefes de las Fuerzas de la Guardia Civil y Las Milicias del Puerto de Santa maría, que guarnecían en esta población, por encontrarse Jimena en poder de los marxistas así como la Sauceda de este término; con tal motivo di todo género de facilidad que de mi dependía por lo que era admirado por todos cuanto ejercieron mando en esta localidad en aquellos primeros meses del Glorioso Movimiento.

       Y hoy soy un perseguido y despojado de la Jefatura, por quien en (¿) En la Jefatura de la Guardia Municipal que desempeñé 16 años, nunca fui siquiera amonestado, por los muchos alcaldes con que tuve que actuar, considerados todos hombres dignos; lo cual varió al advenimiento de la República, que fui perseguido, despojado de mi destino y encarcelado tres veces una cuando el Alzamiento del invicto general Sanjurjo; otra por los del Frente Popular a lo que contribuyeron los mismos que hoy administran los destinos de esta población; y esta última, por haber contribuido a la detención de los principales del funesto Ayuntamiento del Frente Popular, como fue la del alcalde del mismo, cuando acababa de regresar de Sevilla, que trajo a esta, el jefe local de esta Organización de F.E.T. y de las J.O.N.S. en el coche de la casa en que servía, encontrándonos en la calle, en la llegada de aquel alcalde energúmeno, el día 20 a las 14 horas dos Guardias Civiles y el que suscribe, que tuvieron que actuar con energía, pues ante la presencia del referido Alcalde, sus congéneres de la misma ideología marxista intentaron reaccionar y lanzarse al desorden lo que fue evitado con la detención del mismo.

       Poco después se publicó el Bando del estado de Guerra y al regresar de hacerlo el que suscribe, subió a los balcones del Ayuntamiento, hablándole al público que se encontraba en aquellos parajes excitándole a que se sumaran al Movimiento nacional, dada la calidad del mismo y haciéndoles ver el resultado que tendría y ventajas que reportaría a nuestra querida patria, vivas a España, a los caudillos del alzamiento y a los obreros honrados que no debían llevarse de los malos consejos y aceptar con agrado el Movimiento salvador de España. 

       También hice frecuente salidas, acompañado de mis subordinados y demás afectos al movimiento, para la persecución y captura de marxistas, que fueron can distintos sitios de este término, así como algunas en camiones a altas horas de la madrugada, por la carretera de Algeciras, hasta el término de Los Barrios, por existir confidencias de que los rojos pretendían cortar y obstaculizar la carretera, para aislarnos con Algeciras y atacarnos desde Jimena por la parte del referido pueblo.

       Y en resumen laborando en pro del Movimiento Nacional” (3).

Observaciones del jefe de la Falange recomendando la no admisión de citado individuo

NOTAS

3.- Archivo Municipal Alcalá Gazules (AMAG). Expedientes varios. Legajo 976.

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